1996
Jessica y Carlos dejan sus trabajos tradicionales para fundar su taller. Con valentía y visión, apuestan por la vitrofusión, una técnica artística poco conocida en Chile.
2000s
Años de experimentación y perfeccionamiento. Desarrollan técnicas propias para crear texturas únicas, juegos de color y efectos de luz que caracterizan su trabajo.
2010s
Expansión y reconocimiento. Sus piezas comienzan a habitar hogares de Chile y el mundo, llevando la calidez del arte chileno más allá de las fronteras.
Hoy
Con 29 años de experiencia, continúan explorando nuevos horizontes creativos. Cada pieza sigue siendo única, creada con la misma pasión del primer día.
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